Miguel Hidalgo no era hidalgo

Bien: comencemos por el nombre que se le dá.

El Cura Hidalgo.

Cuando murió, no era 'cura', es decir, quien murió fué el civil, hombre ordinario, despojado de su ministerio divino. Recodemos que en 1810 la Inquisición aún tenía sentados sus reales en la Nueva España, y aunque las ejecuciones en la hoguera y demás prácticamente eran inexistentes, las puniciones de tipo administrativo estaban a la orden del día. El encarcelamiento era la norma común.

Miguel Hidalgo era mujeriego, parrandero y bueno para dejar hijos dispersos, uno por acá y otro por allá. Nada más lejos que esa figura austera y casi mística que reproducen los libros de historia: le gustaba vivir, y vivir disipadamente. Sus fechorías llegaron, claro está, a oídos de inquisidores y demás gente de ámbitos eclesiásticos. Y entonces como ahora los escándalos entre los miembros del clero no eran convenientes, así que se le inició un proceso. De comparecencia. A este señor, que le estaba llegando -literalmente hablando-, la lumbre a los aparejos, no le gustó en absoluto la idea de tener que ir a plantarse -y por voluntad propia menos- ante los inquisidores, y buscó una salida fácil: llamar a un movimiento de revuelta que desviara la atención de su propia vida, y como decimos hoy: con la plena intención de matar 2 pájaros de un tiro.

Recordemos que ninguno de los insurgentes y conspiradores tuvieron jamás la idea de independizar a México. Ese es otro error fatal: lo único que querían era que México [joder: México no existe ni ha existido jamás, recordemos un post anterior] se 'gobernara' por sí mismo, esto es, que el gobierno fuese autónomo. Y no era coincidencia que el gobierno en turno... fuera de criollos. Sip. Una independencia que no era una independencia, lo que criollos y peninsulares pensaban era lo mismo, tener la superioridad de raza y demás sobre la gente natural o nativa de por acá.

Miguel, listo como era -cuestión que no discuto- se levantó a revolver al pueblo, con el estandarte de la Virgen de Gudadalupe-. Necesitaba seguidores, y partidarios. Y al igual que Fox al comienzo de su mandato, ese fue un signo de mera faramalla para atraerse simpatizantes de un sector que aún hoy conserva algo de sus viejas glorias: la iglesia y los católicos 'more orthodoxo'.

Un par de centenares de campesinos, que nada tenían que perder, le siguieron en sus andanzas. Y aunque poco les duró el gusto, la idea original prendió con rapidez... si bien en los años siguientes se trocaría el gobierno ideal criollo por el gobiero ideal mestizo como meta de las escaramuzas emprendidas.

Al prenderlo, y volviendo a hacer hincapié en la vigencia aún del Santo Oficio en tierras de la Nueva España, no era factible que la autoridad civil ejecutase sin más a un miembro de la autoridad religiosa o como se quiera llamar.

Así que se procedió a retirarle la categoría de sacerdote, para volverlo un ciudadano común.

Cómo le hicieron? fácil. Con la barbarie de que hacía gala la Inquisición, a donde fue a parar a fin de cuentas el pobre Miguelito, procedieron a rasparle las manos. Que no era rasparle, sino quitar completamente la piel de la palma de las manos, y los dedos, a cuchillo.

Ensangrentado y todo fue fusilado, un día que nadie recuerda -y que a nadie, con algunas excepciones, hoy día le importa-.

El Cura Hidalgo, ese de que tanto se habla hoy, murió efectivamente la noche del 15 de septiembre de 1810. Lo demás son estupideces, como siempre.

Mr. Greg.

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